Que no puedo yo ser muerto, ni me quieran mal- Tengan ojos no me vean, manos ho me toquen, hierro no me hiera, nudos no me aten. Dios le di|o a Libón, que con tres nueces no pudieran hacerme daño, ni a tf ni a n:nguna per- aona que Ja trajera consigo y te defendiere aunque no lo digas. Amén. ‘ Jesús.
Contents
- 1 ¿Cuál es la verdadera oración del justo juez?
- 2 ¿Que brille para ella la luz perpetua oración?
- 3 ¿Dónde se encuentra el justo juez?
- 4 ¿Qué día se celebra el día de Justo juez?
- 5 ¿Cuál es la forma correcta de pedirle a Dios?
- 6 ¿Cómo se hace la oración de fe?
- 7 ¿Cuál es el significado de la palabra justicia?
- 8 ¿Dónde se encuentra el señor Justo juez?
¿Cuál es la verdadera oración del justo juez?
¡Oh divino y Justo Juez que extiendes tu mano a pobres y ricos!, amante eterno del perdón y de la caridad, luz espiritual que alumbra los caminos más oscuros, palabra de vida y de amor profundo, enseñanza y testimonio que nos alimenta con la oración.
Tú que padeciste los maltratos y humillaciones más terribles, que siendo Santo y puro aceptaste con humildad los peores castigos, tú que siendo el rey de reyes, el que vive y reina sobre todo mal y toda la humanidad, a cogiste sin murmurar ni reproche los más dolorosos golpes, y entregaste todo por nuestra salvación, llegue hasta ti nuestra oración y nuestra petición.
Demonios y poseídos de ti huían por el poder de tu oración, levantaste enfermos de sus lechos, curaste a los ciegos de su ceguera, devolviste la salud a los leprosos, diste vida y pan a los que te seguían. Multiplicaste los peces y los panes para dárselo a la multitud, abriste las aguas y por ellas caminaste, diste el día y la noche, la paz y la armonía, tú nuestro Juez Justo sin reparo acompañas a tu pueblo.
¿Cuál es la oración de si tienen ojos que no me vean?
Si ojos tienen que no me vean ; si manos tienen que no me agarren; no permitas que me sorprendan por la espalda; no permitas que mi muerte sea violenta; no permitas que mi sangre se derrame; Tú que todo lo conoces, sabes de mis pecados, pero también sabes de mi fe, no me desampares, Amén.
¿Que se le pide al Justo juez?
¿En qué casos se le puede hacer una oración? – Se le hace una oración al Justo Juez para pedirle su protección de peligros y enemigos, para alejar a las personas que nos quieren hacer un daño. La envidia, el coraje y la frustación son emociones que pueden cegar a las personas y en su deseo de salirse con la suya, actúan de forma negativa.
¿Que mis enemigos no me vean que sus manos no me toquen?
Tengan ojos y no me vean, pies y no me alcancen, manos y no me toquen, hierro no me hiera, nudos no me aten, por las tres coronas del Patriarca San Abraham, aquí ofrezco una oración en unión de mi persona, que vengan mis enemigos tan mansos a mí, como nuestro Señor con el madero a la cruz.
¿Cuál es la verdadera oración?
La oración verdadera, fiel y ferviente Capítulo 3 La verdadera oración a Dios nace del corazón en el nombre de Jesucristo. En el otoño de 1847, Joseph F. Smith, de nueve años de edad, su madre viuda, Mary Fielding Smith, y su tío Joseph Fielding se encontraban acampados junto al río Misuri en camino a Winter Quarters.
- Una mañana descubrieron que su mejor yunta de bueyes había desaparecido. Joseph F.
- Y su tío pasaron largas y arduas horas buscando los bueyes hasta que quedaron “calados hasta los huesos, cansados, desalentados y casi exhaustos”. Joseph F.
- Dijo: “En esa lamentable y difícil circunstancia, yo fui el primero en llegar al campamento de carromatos y, al acercarme, vi a mi madre arrodillada, orando.
Me detuve un momento y luego me acerqué con discreción hasta una distancia desde la que pude oír sus súplicas al Señor de que no permitiera que nos quedáramos desamparados en esa situación tan difícil, que nos guiara para que recobráramos nuestros animales a fin de poder continuar nuestro viaje.
Cuando se levantó, me encontraba de pie cerca de ella. La primera expresión que capté en su bello rostro fue una radiante sonrisa; hallándome tan descorazonado, aquella expresión me infundió renovada esperanza y una seguridad que no había sentido hasta ese momento”. Contenta, los animó a él y a su tío a que se sirvieran lo que les había preparado y les dijo: “Saldré a caminar por los alrededores a ver si encuentro los bueyes”.
Pese a las protestas de su hermano de que seguir buscándolos sería en vano, Mary partió y los dejó sentados a la mesa. Entonces, se encontró con uno de los hombres que pastoreaban una manada, el cual le dijo que había visto a los bueyes perdidos que iban en cierta dirección y, al hacerlo, apuntó en la dirección contraria a la que ella se dirigía.
Joseph F. dijo: “Oímos claramente lo que el hombre le dijo, pero mamá continuó su camino en el rumbo que llevaba sin siquiera volver la cabeza para mirarlo”. Al poco rato, hizo señas a Joseph F. y al tío, quienes corrieron hasta donde ella se encontraba. Allí vieron los bueyes atados a unos sauces. Posteriormente, el presidente Joseph F.
Smith dijo: “Aquélla fue una de las primeras prácticas y positivas demostraciones de la eficacia de la oración que he presenciado. Dejó una impresión indeleble en mi memoria y ha sido una fuente de consuelo, de convicción y de guía para mí a lo largo de toda mi vida”.
- Ruego que ustedes puedan saber el modo de acercarse a Dios en oración.
- No es tan difícil aprender a orar.
- No son las palabras que empleamos lo que constituye particularmente la oración, ya que ésta no consta tan sólo de palabras.
- La oración verdadera, fiel y ferviente es más bien el sentimiento que surge del corazón y del íntimo deseo de nuestro espíritu de orar al Señor con humildad y con fe, para que recibamos Sus bendiciones.
No importa lo sencillas que sean las palabras si nuestros deseos son sinceros y venimos ante el Señor con un corazón quebrantado y un espíritu contrito para pedirle lo que necesitemos. Él no está lejos. No es difícil acercarse a Él si lo hacemos con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, como antaño lo hizo Nefi.
- Ésa fue la forma en la que José Smith se acercó a Él cuando era jovencito; se dirigió a una arboleda, se arrodilló y con humildad buscó de todo corazón saber qué Iglesia era aceptable a Dios.
- Recibió respuesta a su oración, la cual había ofrecido desde el fondo de su corazón, y la recibió de un modo que no esperaba.
Mis hermanos y hermanas, no aprendan a orar sólo con los labios. No aprendan una oración de memoria para decirla todas las mañanas y todas las noches. Eso es algo que me desagrada muchísimo. Es cierto que muchísimas personas adquieren el hábito de repetir una oración establecida; comienzan en cierto punto y repiten todas las partes de la oración hasta que llegan al final de ella.
- Y una vez que han terminado, yo no sé si la oración ha ascendido más allá del cielo raso de la habitación o no.
- Mis hermanos y hermanas, acordémonos de invocar a Dios y de implorar Sus bendiciones y Su gracia sobre nosotros.
- No obstante, hagámoslo con prudencia y rectitud y, cuando oremos, invoquemos a Dios de una manera constante y aceptable.
No debemos pedir al Señor lo que no sea necesario ni lo que no nos beneficiaría. Debemos pedir lo que necesitemos y pedir con fe, “no dudando nada; porque el que duda —dijo el Apóstol— es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”, Cuando pidamos bendiciones a Dios, pidamos con la fe del Evangelio, con esa fe que ha prometido dar a los que creen en Él y obedecen Sus mandamientos. Me impresionaba y me conmovía profundamente la forma en que oraba con su familia.
Nunca he oído a ningún otro hombre orar como lo hacía él. No hablaba al Señor como si Él estuviese lejos, sino como si hubiese estado conversando con Él cara a cara. En repetidas ocasiones me impresionaba en tal forma la idea de que Dios estaba en verdad presente allí mientras conversaba con Él en oración que no podía refrenar el impulso de levantar la vista para ver si en realidad estaba presente y visible.
- Nosotros aceptamos sin ninguna duda las doctrinas que han enseñado el profeta José Smith y el Hijo de Dios mismo, que oramos a Dios, el Eterno Padre, en el nombre de Su Hijo Unigénito, a quien también nuestro padre Adán y su posteridad han orado desde el principio.
- Pienso que es conveniente que escojamos bien nuestras palabras cuando oremos al Señor.
Él nos oye en lo secreto y nos recompensará en público. No tenemos que clamar a Él con muchas palabras; no tenemos que fastidiarlo con largas oraciones. Lo que sí necesitamos, y debemos hacer como Santos de los Últimos Días, para nuestro propio bien, es ir ante Él a menudo, testificarle que nos acordamos de Él y de que estamos dispuestos a tomar Su nombre sobre nosotros, guardar Sus mandamientos, actuar con rectitud, y que deseamos tener Su Espíritu para que nos ayude.
Entonces, si tenemos algún problema, acudamos al Señor y pidámosle directa y específicamente que nos ayude a salir de la dificultad en que nos encontremos; y hagamos que la oración salga del corazón, no con palabras que vayan dejando huellas en el camino trillado del uso común, sin reflexión ni sentimiento en el empleo de las palabras.
Expresemos aquello de lo que tengamos necesidad y hagámoslo con palabras sencillas que en verdad lleguen hasta el Dador de todo don bueno y perfecto. Él oye en lo secreto y conoce los deseos de nuestro corazón antes que le pidamos, pero Él ha hecho obligatorio y ha convertido en un deber el que invoquemos Su nombre: para que pidamos y recibamos; para que llamemos y se nos abra; y para que busquemos y hallemos,
Por consiguiente, el Señor ha convertido en un deber amoroso el que nos acordemos de Él, que le hagamos saber por la mañana, al mediodía y por la noche que no nos olvidamos del Dador de toda buena dádiva a nosotros. Observen el gran mandamiento que dio el Maestro de recordar siempre al Señor, de orar por la mañana y por la noche, y acuérdense siempre de darle las gracias por las bendiciones que reciben día tras día.
No se debe ni se puede poner límite a la expresión de una oración ni a la de alabanza al Dador de lo Bueno, porque se nos ha dicho expresamente que oremos sin cesar, y no es indispensable tener autoridad especial del sacerdocio o posición alguna en la Iglesia para ofrecer una oración.
- Un hombre puede ayunar y orar hasta matarse, pero no hay ninguna necesidad de ello ni hay prudencia en hacerlo.
- Digo a mis hermanos que, cuando estén ayunando y orando por los enfermos y por los que necesiten de la fe y de la oración, no deben ir más allá de lo que es razonable y prudente en el ayuno y la oración.
El Señor oye la oración sencilla que se ofrece con fe, con media docena de palabras, y reconocerá el ayuno que no se alargue más de veinticuatro horas tan pronta y eficazmente como contestará a una oración de mil palabras y un ayuno de un mes. ¿Qué debemos hacer si hemos descuidado nuestras oraciones? Comencemos a orar.
Si hemos desatendido cualquier otro deber, busquemos al Señor para que nos dé Su Espíritu, a fin de que sepamos en qué hemos errado y perdido las oportunidades que se nos han presentado o las que hemos dejado pasar sin haberlas aprovechado. Busquemos al Señor con humildad, resueltos a abandonar cualquier cosa que constituya un obstáculo para que recibamos la inteligencia y la luz que necesitemos, y una respuesta a nuestras oraciones, para que nos acerquemos a Él con confianza en que prestará oído a nuestras peticiones, para que Su corazón se vuelva a nosotros con misericordia, para que nuestros pecados sean perdonados, nuestras mentes sean iluminadas por la influencia y el poder de Dios, a fin de que comprendamos nuestro deber y tengamos una buena disposición para cumplirlo y no los pospongamos ni lo dejemos a un lado.
Debemos llevar dentro de nosotros el espíritu de oración en toda responsabilidad que tengamos que cumplir en la vida. ¿Por qué debemos hacerlo? Una de las sencillas razones que llega a mi mente con gran fuerza ¡es que el hombre depende totalmente de Dios! ¡Qué desvalidos somos sin Él; qué poco podemos hacer sin Su misericordiosa providencia en nuestro favor!.
Si ustedes no se olvidan de orar, Dios no los olvidará a ustedes, ni se apartará de ustedes si ustedes no se apartan de Él. ¿Por qué apostatan los hombres? ¿Por qué pierden la fe? ¿Por qué se les ofusca la mente? Porque se alejan del camino recto, descuidan sus deberes y se olvidan de orar y de reconocer al Señor, y Él retira de ellos Su Espíritu y se quedan en las tinieblas al hombre que ore por la mañana, al mediodía y por la noche, se humille ante el Señor y ore al Señor en su prosperidad tal como oraría a Él en su adversidad.
Ese hombre no apostatará jamás. El típico hogar “mormón” es el templo de la familia, en el cual sus integrantes se reúnen por la mañana y por la noche para orar y alabar a Dios, en el nombre de Jesucristo, lo cual suelen acompañar con la lectura de las Escrituras y el canto de canciones espirituales.
Orar es un acto sencillo y, sin embargo, cuánto se descuida este deber. Los padres se olvidan de reunir a sus familiares para pedir las bendiciones de Dios; demasiado a menudo andan aprisa, o se sienten tan desconcertados con los asuntos de la vida que olvidan las obligaciones que tienen para con el Todopoderoso.
Algunos Santos de los Últimos Días consideran la oración en el círculo familiar como algo muy sencillo, pero el no realizarla producirá resultados muy serios Hay Santos de los Últimos Días que solamente lo recuerdan cuando los golpea la adversidad; en la prosperidad, lo olvidan.
- En esas circunstancias el Señor podría decidir olvidarnos cuando más necesitemos Su ayuda y, si lo hiciera, nos encontraríamos en un estado lamentable.
- Nunca olviden a Dios; búsquenlo en oración por la mañana y por la noche oren tanto en los buenos momentos como en los malos y, entonces, cuando les sobrevengan las tinieblas, ciertamente recibirán el auxilio que necesiten.
Padres, oren con sus familias; inclinen la cabeza con ellos por la mañana y por la noche; oren al Señor, denle las gracias por Su benevolencia, por Su misericordia y su bondad Paternal, así como nuestros padres y madres terrenales han sido sumamente bondadosos con nosotros, sus pobres, desobedientes y caprichosos hijos.
¿Oran ustedes? ¿Qué piden en sus oraciones? Piden que Dios los reconozca, que oiga sus oraciones y que los bendiga con Su Espíritu, que los guíe hacia toda la verdad y les muestre el camino recto; que les advierta del mal y los guíe por el camino recto; que no se desvíen por el mal camino que conduce a la muerte, sino que puedan mantenerse en el camino angosto.
Cuando un niño pequeño inclina la cabeza en su perfecta sencillez y le pide una bendición al Padre, Él oye la voz y contestará con bendiciones sobre su cabeza, porque el niño es inocente y pide con absoluta confianza. Estos son principios sencillos que he procurado grabar en sus mentes; si bien son sencillos, son también necesarios y esenciales.
- Se nos manda invocar a Dios en el nombre de Jesucristo.
- Se nos ha dicho que debemos recordarlo en nuestros hogares, conservar Su santo nombre siempre en la mente y reverenciarlo en nuestros corazones; debemos invocarlo periódicamente, día tras día, y, de hecho, debemos vivir de tal manera cada momento de nuestra vida que los deseos de nuestro corazón sean una plegaria a Dios en la que imploremos rectitud, verdad y la salvación de la familia humana.
Cuando nos reunimos, cada uno debe tener el espíritu de oración y dejar que su alma se eleve, no tan sólo por sí mismo, sino por toda la Iglesia. Si se hiciera esto, nadie se alejaría de la casa de adoración sin experimentar el espíritu de Dios todos deben aprobarla verbalmente y decir amén.
Si un hombre pide el espíritu de sabiduría y de inspiración al Todopoderoso el Señor lo fortalecerá, porque hay temor de Dios en sus ojos, porque ama a su prójimo como a sí mismo y no dice en su oración: “Oh, Señor, bendíceme a mí y a mi esposa, a mi hijo John y a su esposa; a nosotros cuatro y a nadie más.
Amén”. Un hombre así no ora de esa manera, sino que ruega por el bienestar de Sión y por la longevidad de los hombres que han sido levantados por el Señor para ser nuestros líderes, nuestros consejeros y nuestros asesores en los principios del Evangelio.
Ese hombre ora por su prójimo. El hombre que eleva sus oraciones ante el Señor dará el ejemplo a todos los demás que vean y reconozcan su conducta. Nunca oro al Señor sin recordar a Sus siervos que se encuentran en las naciones de la tierra predicando el Evangelio. La parte principal de mi oración es: “Oh, Dios, consérvalos puros y guárdalos sin mancha del mundo; ayúdales a mantener su integridad a fin de que no caigan en manos de sus enemigos y sean vencidos; guía a los de corazón sincero”.
Ésta ha sido mi oración desde que estuve en el campo misional y seguirá siéndolo mientras viva, Nuestros corazones están llenos de deseos de lo mejor para ti y a ti y a todos tus compañeros los recordamos delante del Señor cada vez que oramos. ¡Oh, Dios, Padre mío, bendice, consuela, sustenta a mis hijos y a todos tus siervos que están en el campo misional y haz que sean eficaces! Cuando les cierren la puerta en la cara, dales presencia de ánimo, paciencia y un corazón indulgente.
- Cuando sean fríamente rechazados por hombres desdeñosos, confórtalos con tu valioso amor, cuando los traten con crueldad y los persigan, manifiesta Tu presencia para protegerlos con Tu poder.
- Haz saber a Tus siervos que Tú eres Dios y hazles sentir Tu presencia.
- Aliméntalos con vida espiritual y con el amor perfecto que desecha todo temor, y que se satisfagan sus necesidades temporales.
Ayúdales a almacenar conocimiento útil en su mente y que su memoria retenga Tu verdad como un gran tesoro. Que sean dóciles ante Ti y mansos y humildes ¡como Tu glorioso Hijo! Que pongan su confianza en Ti, en Tu palabra y en Tus misericordiosas promesas.
- ¿Qué significa “orar al Señor con humildad y con fe”? ¿Qué significa tener un corazón quebrantado y un espíritu contrito? ¿Por qué el tener un corazón quebrantado y un espíritu contrito nos ayuda a acercarnos a nuestro Padre Celestial en oración?
- ¿Por qué es necesaria la fe cuando oramos? (Véase también Helamán 10:5.) ¿Por qué debemos evitar decir oraciones repetitivas? ¿Qué podemos hacer para que nuestras oraciones sean más significativas?
- ¿Por qué debemos estar dispuestos “a abandonar cualquier cosa que constituya un obstáculo” para recibir respuesta a nuestra oración? ¿Cuáles son algunos de esos obstáculos?
- ¿Cómo podemos “llevar dentro de nosotros el espíritu de oración en toda responsabilidad que tengamos que cumplir en la vida”?
- ¿Qué “resultados muy serios” podríamos encarar si desatendemos la oración familiar?
- ¿Por qué es tan eficaz la oración de un niño? ¿Cómo podemos ser más como los niños en nuestras oraciones?
- ¿Por qué es importante “aprobar verbalmente” las oraciones de las demás personas y “decir amén”?
- ¿Por qué es importante orar por los demás? El orar por los líderes generales y locales de la Iglesia, ¿los bendice a ellos? ¿Nos bendice a nosotros y a nuestros familiares? ¿De qué manera?
Notas
- Life of Joseph F. Smith, compilación por Joseph Fielding Smith, 1938, págs.131–134.
- Gospel Doctrine, quinta edición, 1939, pág.219.
- En “Conference Report”, octubre de 1899, págs.71–72.
- Gospel Doctrine, pág.218.
- Gospel Doctrine, pág.198.
- In Conference Report, Oct.1916, pág.6.
- Gospel Doctrine, pág.221; se agregaron párrafos.
- Gospel Doctrine, pág.218.
- Gospel Doctrine, pág.205.
- Gospel Doctrine, pág.368.
- Deseret News (semanal), 8 de diciembre de 1875, pág.4.
- Gospel Doctrine, pág.218.
- “Discourse by President Joseph F. Smith”, Millennial Star, 25 de octubre de 1906, pág.674.
- En “Conference Report”, abril de 1907, pág.7.
- En Brian H. Stuy, compilador, Collected Discourses Delivered by President Wilford Woodruff, His Two Counselors, the Twelve Apostles, and Others, 5 tomos, 1987–1992), 2:280.
- Gospel Doctrine, pág.215.
- Gospel Doctrine, pág.216; se ha cambiado el orden de los párrafos.
- Gospel Doctrine, págs.503–504.
- En Collected Discourses, 2:365.
- “Discourse by President Joseph F. Smith”, Millennial Star, 11 de noviembre de 1897, pág.709.
- Gospel Doctrine, pág.116.
- “Discourse by President Joseph F. Smith”, Millennial Star, 1 de noviembre de 1906, págs.691–692.
- Joseph F. Smith a Joseph Fielding Smith, 18 de julio de 1899, en “Joseph Fielding Smith Papers 1854–1918”, Archivos del Departamento Histórico de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
: La oración verdadera, fiel y ferviente
¿Cómo hacer una oración con justicia?
El Señor ama la justicia y el derecho; llena esta la tierra de su amor. Padre nuestro, tu eres Dios de amor y Dios de justicia. Sabemos que sin justicia no hay desarrollo. Sin justicia no hay seguridad ciudadana.
¿Que brille para ella la luz perpetua oración?
Dale Señor el descanso eterno R. Y brille para ellos la luz perpetua. misericordia, escucha las devotas oraciones de tu Iglesia y concede que lo que pidamos fielmente lo obtengamos eficazmente. Por Cristo nuestro Señor, Amén.
¿Que me llame ya oración?
Oración corta a San Cipriano – San Cipriano, bendito entre los santos, suplico tu favor. Haz que (nombre de la persona) sienta que me necesita cerca, que no pueda soportar mi ausencia y me llame. Haz que mi teléfono suene y que pueda escuchar la voz de (nombre de la persona) al otro lado.
- San Cipriano, todopoderoso benefactor, concédeme este simple deseo, escuchar la suave voz de (nombre de la persona) Y poder sentirla, disfrutarla y adorarla una vez más.
- San Cipriano, convence a (nombre de la persona) para que me llame, esté donde esté y en este mismo momento.
- Haz que marque mi teléfono porque desea escucharme y reír o llorar junto a mí.
(Además: La oración a San Miguel Arcángel para la protección y la prosperidad ).
¿Dónde están tus ojos versiculo?
2 Crónicas 6:20-21 RVR1960 – Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste: Mi nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar. Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada; que oigas y perdones.
¿Qué significado tiene el justo juez?
El Justo Juez es una advocación de Jesucristo, inspirada en el momento bíblico en que Jesús fue presentado ante Poncio Pilatos para ser juzgado.
¿Dónde se encuentra el justo juez?
Templo del ex convento de Santo Domingo, Ciudad de México – Divino Justo Juez.
¿Qué día se celebra el día de Justo juez?
El lunes es simbólicamente el día del Justo Juez, hecho que guarda una estrecha relación con su origen como imagen advocación de Jesucristo. La fiesta en su honor se celebra el primer lunes de la Semana Santa, lunes Santo, día en que Jesucristo fue aprehendido y juzgado para su posterior crucifixión.
¿Qué debemos hacer con nuestros enemigos y con quiénes nos maldicen?
San Lucas 6:27-42 RVC »A ustedes, los que me escuchan, les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian. Si alguno te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Si alguien te quita la capa, deja que se lleve también la túnica.
¿Qué significa que mi enemigo no se huelgue de mí?
Salmos 41:11-12 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) En esto conoceré que te he agradado, Que mi enemigo no se huelgue de mí. En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
¿Dónde se venera la imagen de Justo juez?
Católicos veneran al Justo Juez Católicos, tanto locales como de diferentes municipios del estado y del sureste del país, acudieron este lunes a esta ciudad para venerar la imagen del Justo Juez en el templo de la Virgen de La Merced. Como cada lunes santo, los devotos de la imagen milagrosa acudieron al templo para depositar sus ofrendas. Imagen que en este día es colocada en el altar mayor para su veneración.
Los creyentes que acudieron, ayer lunes, fueron de varios municipios, entre estos, Cintalapa, Tapachula, Acala y Chiapa de Corzo, quienes llegaron con veladoras y flores en mano para agradecerle al abogado de los casos difíciles los favores recibidos durante el año.Sin tomar en cuenta la pandemia de covid-19 y el fuerte calor del sol, decenas de familias realizaron durante todo el día largas filas para poder ingresar al templo.La fiesta religiosa fue aprovechada por los comerciantes para vender sus productos, desde veladoras, albahaca, manzanilla y hasta recuerdos de la imagen del Justo Juez.
“Cada año venimos a visitar al Justo Juez, porque es muy milagroso. Llevamos una hora para poder entrar al templo porque es mucha la gente”, comentó la señora Guadalupe, oriunda de Tuxtla Gutiérrez. Por su parte, Ángel Antonio Tovilla Robles, residente de Acala, dijo que cada año acude en compañía de su familia a visitar al Señor, “por los favores recibidos”.
¿Cuál es la forma correcta de pedirle a Dios?
¿Cómo debemos orar? – No importa dónde estemos, ya sea que estemos de pie o arrodillados; ya sea que oremos verbalmente o en silencio, en forma individual o a favor de un grupo, debemos siempre hacerlo con fe, “con un corazón sincero, con verdadera intención” ( Moroni 10:4 ).
Al orar a nuestro Padre Celestial, debemos decirle lo que realmente sentimos en el corazón, confiar en Él, pedirle perdón, suplicarle, agradecerle y expresarle nuestro amor. No debemos repetir palabras ni frases sin sentido (véase Mateo 6:7–8 ). Siempre debemos pedir que se haga Su voluntad, recordando que a veces lo que deseamos no es lo mejor para nosotros (véase 3 Nefi 18:20 ).
Al terminar la oración, debemos hacerlo en el nombre de Jesucristo (véase 3 Nefi 18:19 ).
¿Cómo se hace la oración de fe?
Mensaje de la Primera Presidencia Imagen Former Official portrait of President Henry B. Eyring of the First Presidency, 30 November 2007. Replaced March 2018. Por el presidente Henry B. Eyring Primer Consejero de la Primera Presidencia Imagen A young woman kneeling by her bed in prayer. There is a copy of the Book of Mormon on the bed in front of her. La oración es más que palabras que expresamos a Dios; es una comunicación en dos direcciones entre Dios y Sus hijos. Cuando la oración se hace en la forma debida, expresamos los sentimientos de nuestro corazón con palabras sencillas.
Para responder, el Padre Celestial generalmente pone pensamientos en nuestra mente, acompañados de sentimientos. Él siempre escucha la oración sincera que ofrecemos cuando oramos con el compromiso de obedecerlo, sea cual sea Su respuesta y el momento en que llegue. El Señor hace la siguiente promesa a todos los que lean y oren acerca del Libro de Mormón: “Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo; “y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas” ( Moroni 10:4–5 ).
Esa promesa es segura. Millones de personas han puesto a prueba y constatado esa maravillosa promesa sobre la oración al recibir una bendición que ha llenado su vida de gozo y felicidad duraderos. Esa promesa se aplica a todas las oraciones que hacemos para conocer la mente y la voluntad de Dios con respecto a nosotros.
- Podemos aplicarla siempre que recibimos consejo de un siervo de Dios autorizado para darnos dirección.
- Por ejemplo, podemos confiar en ella cuando hemos escuchado un discurso en la conferencia general; podemos aplicarla cuando humildes misioneros llamados por Dios mediante el profeta viviente nos enseñan.
Se aplica también al consejo que recibimos de nuestro obispo o presidente de rama. Para que la oración funcione en nuestra vida, las reglas son sencillas. Debemos orar al Padre en el nombre de Jesucristo y pedir saber cuál es la verdad. Debemos preguntar con un corazón sincero, lo cual significa que debemos tener la verdadera intención de hacer cualquier cosa que la respuesta de Dios requiera de nosotros; y esa verdadera intención debe nacer de nuestra fe en Jesucristo.
El investigador que lee el Libro de Mormón antes de ser bautizado y confirmado puede recibir tanto la seguridad de que el Libro de Mormón es verdadero, como el testimonio de que José Smith lo tradujo por el poder de Dios. Después de ser confirmados miembros de la Iglesia, podemos tener el Espíritu Santo como compañero para que nos confirme otras verdades.
De ese modo, siempre que oremos con fe podemos esperar que el Espíritu Santo nos testifique que Jesús es el Cristo, que Dios el Padre vive y que Ellos nos aman a nosotros y a todos los hijos del Padre Celestial. Ésa es una de las razones por las que hay una promesa en el Libro de Mormón de que tendremos caridad en el corazón a medida que el Espíritu Santo nos testifique que Jesús es el Cristo.
“si un hombre es manso y humilde de corazón, y confiesa por el poder del Espíritu Santo que Jesús es el Cristo, es menester que tenga caridad” ( Moroni 7:44 ). Cada domingo de ayuno nos brinda una extraordinaria oportunidad de crecer espiritualmente. El domingo de ayuno puede ayudarnos a tener una experiencia similar a la de Alma y los hijos de Mosíah, que oraron y ayunaron para conocer la verdad eterna a fin de poder enseñar a los lamanitas con poder, autoridad y amor (véase Alma 17:3, 9 ).
El domingo de ayuno combinamos la oración y el ayuno. Para la bendición de los pobres, entregamos una generosa ofrenda de ayuno al obispo o presidente de rama, la cual equivale por lo menos al valor de las comidas de las que nos abstenemos. Nuestros pensamientos y oraciones se dirigen hacia el Salvador y hacia aquellos a los que Él desea que sirvamos para aliviar sus necesidades espirituales y temporales.
Prepárense antes de orar El sándwich de la oración
¿Cuál es el salmo de la justicia?
Salmos 17:1-15 SEÑOR, escúchame, te pido que me hagas justicia; atiende a mi llamado. Escucha mi oración, pues mis palabras son sinceras. Juzga tú a favor mío, fíjate en lo que es justo. Tú has examinado mi corazón; estuviste conmigo toda la noche, me interrogaste y no encontraste nada malo en mí.
- Examinaste mis planes y no encontraste nada malo en ellos.
- Yo sí he obedecido lo que dijiste, no como otros; evito seguir el ejemplo de los violentos.
- Sigue guiando mis pasos para que nunca resbale.
- Dios, te pido ayuda porque sé que me responderás.
- ¡Escúchame! Oye mi oración.
- Muéstrame tu amor fiel y maravilloso.
Cuando atacan los enemigos, los que confían en ti buscan tu ayuda; y tú los salvas y los llevas a tu lado. Protégeme como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas. Protégeme de los perversos que tratan de destruirme. Sálvame de mis enemigos mortales que me tienen rodeado.
Ellos no tienen compasión y se jactan de sus planes. Me persiguieron y me han rodeado para atacarme. Mis enemigos son como leones listos a devorar su presa. Se esconden como leones para atacar a su víctima. ¡Levántate SEÑOR! Enfrenta a mis enemigos y haz que se rindan. Con tu espada sálvame de esta gente perversa.
Usa tu poder y sálvame de los perversos. SEÑOR, demuestra todo tu poder y expulsa de esta vida a esa gente mala. Dales a comer de la ira que tienes guardada. Que sus hijos y hasta los hijos de sus hijos se llenen de ella. En cuanto a mí, yo hago lo correcto, por eso quedaré satisfecho cuando despierte y vea tu rostro.
¿Cuál es el significado de la palabra justicia?
La justicia es, en cierta medida, una distribución equitativa de los bienes y de los males que a cada quien le corresponden : ‘es dar a cada cual aquello que se le debe’. La esencia de la justicia es la idea de bien y la repartición equitativa de aquellas cosas que se consideran un bien común.
¿Donde dice la oración eficaz del justo?
Santiago 5:16 RVR1960 – Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
¿Donde dice que la oración del justo tiene poder?
Mateo 5:33–37.
¿Dónde se encuentra el señor Justo juez?
Templo del ex convento de Santo Domingo, Ciudad de México – Divino Justo Juez.
¿Dónde se encuentra la imagen del Justo juez?
A partir de hoy y hasta el fin de la fiesta, la imagen escultórica del Justo Juez está situada en el centro mismo del altar principal, flanqueado por la Virgen de La Merced, plenamente con el papel protagónico en el espacio.